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Enuncia al comienzo su deseo de que las clases se configuren como ensayos, es decir que, sin dejar de lado la instrucción y la pedagogía, intenta también que en el camino del aprendizaje aparezca lo inesperado, los desvíos, los tanteos. Reivindica la potencia de lo inquietante en el conocimiento y el hecho de ponerse a prueba intelectual y afectivamente. Leer más